Cientos de miles de inmigrantes indocumentados y miembros de DACA recibirán alivio migratorio con un nuevo paquete de medidas de la administración Biden, que planea otorgar ''parole in place'' a los cónyuges de ciudadanos americanos y facilitar vías para que los Dreamers obtengan su residencia permanente.
La administración de Biden permitirá que ciertos inmigrantes indocumentados, casados con ciudadanos estadounidenses y que han vivido en Estados Unidos por más de diez años, permanezcan en el país y trabajen legalmente, ampliando un programa que actualmente se utiliza para proporcionar documentos a familiares inmediatos de miembros del servicio militar.
El anuncio del martes por la mañana coincide con la celebración del 12º aniversario del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que el presidente Biden celebrará en la Casa Blanca junto con defensores de los inmigrantes y líderes latinos.
Este anuncio se puede definir como una expansión del programa de "parole in place", que ahora también beneficiaría a cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidenses que han vivido en el país por más de 10 años. Por lo regular, estas personas debían salir del país y esperar, lejos de sus familias, los largos procesos para ajustar su estatus. Además, corrían el riesgo de enfrentarse a castigos que impidieran su entrada nuevamente producto de su cruce ilegal.
Con esta nueva propuesta, los inmigrantes que están casados con ciudadanos estadounidenses o que son hijos adoptivos de ciudadanos estadounidenses podrán solicitar una evaluación caso por caso de su solicitud de libertad condicional. Aquellos que sean aprobados, tendrán un período de tres años para presentar su solicitud de residencia. Mientras esperan respuesta contarán con permisos de trabajo y protección ante una deportación.
Los beneficiarios de DACA, también están contemplados en este nuevo paquete de medidas, pues aquellos graduados de la universidad, que califiquen, recibirán un waiver si aplican a visas de empleo. Los beneficiarios no recibirán nuevos privilegios, pero las rutas existentes para regularizar su estatus migratorio se simplificarán bajo las nuevas reglas.
Sin el parole, los solicitantes que decidieran salir del país para solicitar la residencia permanente desde el extranjero podrían estar sujetos a esperas obligatorias de tres o diez años, además de una resolución ya incierta.
Para ser elegibles, los posibles beneficiarios de parole deben haber estado en los Estados Unidos durante 10 años a partir del lunes. Dependiendo de los casos individuales, muchas de esas personas serán inelegibles para el nuevo programa, al igual que otros inmigrantes de larga data en el país ilegalmente que no están casados con ciudadanos estadounidenses.
Los aprobados tendrán tres años para solicitar la residencia permanente y, mientras tanto, recibirán un permiso de trabajo de tres años y la deferencia de la deportación.
Actualmente se estima que hay 1 millón de inmigrantes sin estatus legal que forman parte de familias de estatus mixto en los Estados Unidos, pero alrededor de la mitad de ellos tienen casos más difíciles que pueden hacerlos inelegibles para solicitar la residencia permanente.
La ley de inmigración plantea diferentes barreras burocráticas para los extranjeros, dependiendo de factores como el número de entradas ilegales, si han excedido la duración de una visa y cuánto tiempo han estado en el país ilegalmente.
Al eliminar parte de ese riesgo, el proceso de solicitud debería volverse más atractivo para los inmigrantes elegibles que de otro modo evitarían salir de los Estados Unidos por temor a no poder regresar.
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